La última función que ví.


Una mañana de febrero me junté con mi hermano menor para asistir a la función diurna de "Sonic, The Hedgehog" (2020): él, un adolescente fanático desde pequeño del personaje y yo, un treintón que nunca jugó algún título pero que si conocía al protagonista, además deseaba con todo mi corazón ver a Jim Carrey en el papel de Eggman, el villano del film.

Sala semi vacía, nada extraño considerando que se trataba de una función previa a mediodía, personas sentadas aleatoriamente, pies encima del respaldo de la butaca de al frente -imposible de realizar en salas más concurridas-, se apagan las luces y como agradecemos todos en esta clase de situaciones: Sacro Silencio.

Como viene siendo común desde 2008, pocos se levantan de su asiento cuando aparecen los primeros créditos, hay una especie de contrato tácito donde, cual promesa de una profecía autocumplida, siempre habrá una escena posterior al término de la película, el acuerdo implícito se cumple, esta vez por partida doble, son dos las secuencias que nos establecen un nexo con una continuidad temporal con lo que acabamos de ver, la gente esta vez si deja la sala, converso de la película con mi hermano, palabras de satisfacción para una metraje que en un momento tuvo todo para perder, pero que no capotó, como tantas otras compañeras de temática que terminan transitando entre el aburrimiento y la intrascendencia.

Ver en una película blockbuster a mi querido y admirado Jim Carrey fue algo que me retrocedió un par de años, fue situarme nuevamente en los años 90s donde todo era otorgado por las cintas alquiladas en el videoclub o lo que tocara en suerte en la televisión pública, Ace Ventura (1995) y Mentiroso Mentiroso (1997)  -películas fundacionales para quien escribe esto- fueron repetidas hasta la saciedad por los canales nacionales, por eso para mi, ver a Carrey con su voz de doblaje clásica (Mario Castañeda) fue un regalo, la nostalgia de los que crecimos en aquella década es así.

Ni siquiera pienso en repetirme la película, creo que la sesión de colores y CGI sustentada en una simple pero efectiva historia que acabo de espectar son de esos espectáculos que mientras más se piensan, más se le avizoran los errores, reflexionó de todas maneras, que hay una escena burdamente plagiada de "X-Men: Days Of Future Past" (2017), pero funciona, funciona tanto que creo que es la única escena que he buscado posteriormente en Youtube, ya no creo que sea un plagio, homenaje le viene mejor.

Han pasado seis meses desde que fui por última vez a un cine, y no sé si pueda decir que lo extraño, he seguido viendo películas desde el confinamiento del hogar, quizás nunca antes había visto tantas en toda mi vida, pero me causa añoranza volver a esa mañana de febrero, donde aún las cosas no cambiaban.

Espero que no falte para llegar al día que -lejos de sentir que estamos llevando a cabo una acción que nos pueda traer contagio y muerte- nuevamente nos podamos situar en una butaca y sentir la absorción y abstracción que el cine nos puede entregar.

 

 

 

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