Amor a los trailers (antes sí, pero después de Batman V Superman no)

 

Antes de la explosión masiva de internet como lo entendemos ahora, hubo una época donde uno se enteraba de la película que había que esperar por ver mediante los trailers que se proyectaban en las funciones de cine, esos pequeños fragmentos donde, a golpes de efecto, se nos presentaba una historia -casi siempre- atractiva por la que teníamos que interesarnos.

El tiempo pasó y los trailers siguieron ahí, pero se diversificaron en cuanto la plataforma que los contenía, ya no eran exclusivos de la pantalla grande, con la expansión de YouTube, se podía acceder a bibliotecas virtuales completas a un click de distancia y cuantas veces queramos, fenómenos como los miles de personas que asistían a la función de ¿Conoces a Joe Black? (1998) solamente con la intención de ver el trailer de Star Wars: La Amenaza Fantasma (1999) eran cosas del pasado.

Y a mí me gustaban, los disfrutaba, recuerdo que, siendo adolescente, muchas de mis primeras búsquedas de internet fueron los trailers de Spider-Man (2002), incluido aquel material promocional donde se podían ver las torres del World Trade Center unidas con la telaraña del Spidey, metraje que posterior a los ataques de 2001 fue desechado, por obvias razones. Estoy seguro que durante aquella época tenía otros favoritos, pero ninguno como el hecho para aquella película dirigida por Sam Raimi, aunque de tanto repetirlo, el atractivo se esfumó.

Con la facilidad para llegar a ellos, se perdió parte del interés por los mismos, y lo que veía en la pantalla grande, ya era conocido por su publicación previa digitalmente, no ayudo tampoco la existencia de varios trailers para una misma película, y ni hablar de la proliferación de los teaser, aquel tipo de tráiler mucho más corto, donde se introducían la mayor parte de imágenes atractivas posibles.

A mayor cantidad de trailers y tipos de trailers, se empezó a mostrar mucho material de una película previo a su estreno, ni siquiera quiero mencionar que la inmensa mayoría empezó a repetir hasta el hartazgo un tipo de música y forma de presentar las imágenes, lo cierto es que todo lo anterior, lo toleré en su momento porque respondía el traspaso del contenido a diversas plataformas, y como casi todo en la vida, era decisión mía verlos o no.

  

Mi divorcio mental con el formato vino con una de las películas que más he esperado en mis treinta años de vida: Batman v Superman Dawn Of Justice (2016), la incursión del murciélago era aliciente suficiente para esperar el segundo acto narrativo de la historia que había partido en la irregular -para mí- Man Of Steel (2013). Su primer tráiler, presentado en abril del 2015 fue consumido por mi persona como si no hubiese un mañana: la estatua del hombre de acero con la frase Dios Falso, la voz de Jeremy Irons explicitando el sentir de un Bruce Wayne  observando el manto del obscuro vigilante, como colofón, aquella frase que intentaba instalarse en el colectivo: Tell Me... Do you bleed?, todo aquello era suficiente para entender el conflicto de los personajes, la breve pieza que presentaba todas las características estéticas de Zack Snyder, cumplía pero sin desvelar, detalle importante en una película en la cual se sabía de antemano que debutaría en la pantalla grande el personaje de Wonder Woman y donde los personajes principales terminarían colaborando entre sí. El problema sería su segunda pieza publicitaria lanzada en diciembre del mismo año, un breve pero expositivo metraje donde se explicitaría cual sería la amenaza que uniría al cruzado encapotado y al último hijo de Krypton: Doomsday, y toda persona que conozca mínimamente la mitologia del personaje creado por Joe Shuester y Jerry Siegel sabe lo que la presencia de "Juicio Final" significa.

El combate entre el vigilante de Gotham y el boy scout de Kansas, a días de hoy, sigue siendo una de mis películas favoritas del género, y aún con todos sus yerros, es un film que veo frecuentemente sin reparar mucho en los elementos por los que ha sido crucificada, sin embargo, estoy seguro que en su primer visionado en el cine, habría disfrutado mucho más sin conocer cuál era la amenaza por la que ambos terminarían combatiendo juntos y a diferencia de lo que pasa en muchos casos, la información no fue spoileada por algún usuario miserable de internet, sino por parte de la misma compañía que apuesta por una idea llevada al cine.

En breves días más, se estrena el tráiler del esperado Snyder Cut de Justice League, y aunque sé que caeré en la expectación y lo terminaré viendo, espero que su forma y fondo diste absolutamente de ese montaje publicitario que me contó el tercer acto entero de una película que tanto esperé por ver.


Comentarios