El segundo aire de los Power Rangers en los cómics



En 2013, Power Rangers cumplía 20 ininterrumpidos años al aire. Con motivo de un aniversario no menor, Saban y Nickelodeon tenían preparado un especial que se promocionaba como el que, por lejos, sería el mayor de toda la saga; y en teoría, lo era. "Legendary Battle" sería el nombre del team up que reuniría a todos los personajes de todos los equipos. La mayor parte del metraje viene de Japón, siempre ha sido así, por lo que se sabía que la presencia de todos los personajes era literalmente imposible y que la mayoría de lo que se vería sería nipón; pero cualquier esfuerzo por incluir a la mayor cantidad de actores se agradecía.

Pero el especial terminó siendo catastróficamente decepcionante. A pesar de conseguir el regreso de personas que no aparecían desde sus respectivas temporadas, la participación que les dieron fue prácticamente nula. Se restringieron a cameos brevísimos, de plano pencas, que se acompañaban de una incorporación digital de sus cascos (¿para los que no los conocían?). De argumento ni hablar. Lo que prometía -y debía- ser Infinity War, terminó siendo The Dark World.

Después de ver el capítulo decidí -ilusamente- que se cerraba el ciclo. Venía de un semestre en el que había re visto desde Mighty Morphin hasta Dino Thunder (las temporadas que vi de chico), y luego me metí en las nuevas para re conectarme previo al especial, pero el sabor de boca terminó siendo demasiado amargo. No es que pidiera mucho tampoco, uno sabe a lo que va, pero la sensación que me quedó fue de que no había mucho más ahí. No valía la pena calentarse la cabeza imaginando situaciones, historias o team ups  para una saga que no tenía la dedicación ni de su propia gente.

...hasta que conocí los cómics de Boom! Studios
En 2015, se anunciaba ante la prensa que la editorial norteamericana desarrollaría una serie regular centrada en el equipo que inició todo en el 93: Mighty Morphin Power Rangers. Con el tiempo se sumó Mighty Morphin Power Rangers: Pink y Go Go Power Rangers. Mientras el spin off centrado en Kimberly tuvo 6 partes, las otras dos series se extendieron hasta el presente año: Go Go ya finalizada (con 32 números) y MMPR ad portas de su cierre (que sumará 55 revistas). A estas se han agregado números especiales de fin de año y algunas historias auto conclusivas que no guardan relación directa con las series regulares.

Yo era escéptico al principio, generalmente los programas llevados al cómic no funcionan mucho; y si lo hacen, no alcanzan a consolidarse como para no morir después de algunos números. Sin embargo, en este caso notas inmediatamente por qué es una buena idea. El relato visual (letras+imagen) permite profundizar en detalles, de la historia o de los personajes, que la tv desestima ante la producción industrializada de capítulos que deben ser atractivos -audiovisualmente-. Los presupuestos infinitamente menores a los de un live action permiten explorar el Universo, crear realidades alternativas o, en la más fría de las consideraciones, tener que pagarle a 5 personas en vez de 50 (o más, que se necesitan en televisión). Por último, la inexistencia del factor tiempo en los protagonistas (los dibujos no envejecen) abren la posibilidad para jugar con todas las opciones temporales que el escritor desee y extenderlas el tiempo que considere necesario. Con eso como base, lo único que se necesitaba era la creatividad y talento del equipo a cargo.

De una u otra manera, las historias de Kyle Higgins y Ryan Parrott, junto a los dibujos de Daniele Di Nicuolo y Dan Mora (entre otros creadores), se enfocaron en tres cosas que permitían sacarle partido a un universo que ya contaba con 20 años de aventuras: establecer un multiverso, nutrir el canon y respetar el material original. Porque si bien la tradición Ranger es extensa, ésta ha sido creada siempre sobre la marcha, y salvo referencias muy superficiales, la conexión argumental entre temporadas es escasa. Forever Red fue lo más cercano en 2003, y tuvieron que pasar 15 años para ver algo parecido en Dimensions in Danger que, curiosamente, tiene muchas cosas similares a las propuestas en los cómics.

¿Cómo desarrollaron estos tres elementos? De la siguiente manera:

El multiverso Ranger

Salvo contadas excepciones, había una consideración tácita de que todas las temporadas de Power Rangers transcurrían en un mismo universo. Como decía antes, nunca fue preocupación tener todo interconectado o que se haga referencia a otras ciudades donde ocurrieran invasiones alienígenas, sin embargo, sí se han considerado otras temporalidades, que junto a los variados contextos en los que se desarrolla cada temporada, hacen que se sienta natural la idea de que un mundo así tiene distintas dimensiones o realidades.

La primera gran propuesta de los cómics fue el establecimiento, explícito y natural, de esta posibilidad. En el número 11 de Mighty Morphin Power Rangers se presentó la realidad alternativa más lógica pero no por eso menos interesante: una donde Tommy se entregó a los poderes de Rita, ambos vencieron a los Rangers, y con el paso del tiempo su maldad y poder aumentó exponencialmente.

Esta consideración permitió que las historias tuvieran muchas más posibilidades pero manteniendo siempre la coherencia con el arco principal. El surgimiento de este Tommy, autobautizado como Lord Drakkon, no solo fue el primer Ranger creado exclusivamente en las viñetas, sino que también fue el eje central del primer evento en la historia de la franquicia: Shattered Grid. La premisa, una vez más, la más lógica: una vez tomado el control de su mundo al quitarles las monedas de poder a los miembros de su ex equipo, el siguiente paso de Drakkon fue ir en busca de todos los poderes Rangers restantes.

A partir de ese punto se canonizó la idea de Multiverso, de la que algo se esbozó en el team up Dimensions in Danger (2018) y que ha sido aplicada en otras historias en las viñetas, como una llamada Forever Mighty Morphin' Black donde en una reunión de distintos Adam y Zack, se ve al primero a medio mutar como apareció en In Space, o con la armadura que utilizó en el team up de Operation Overdrive.

Completando vacíos

Además de profundizar en los pensamientos y personalidades de los protagonistas, las viñetas han permitido que se complementen argumentos que en la serie original sólo estaban ahí para ser parte del relato. Los números de Boom! Studios han presentado qué hicieron Trini, Zack y Jason cuando se fueron a las conferencias por la paz en Suiza, de qué manera Zordon logró encerrar a Rita hace 10.000 años, e incluso cómo fue que la emperatriz del mal fue en busca de los poderes del Green Ranger.

Y si bien estos relatos se crean con los fines propios de cada escritor, que tengan como marco general los acontecimientos del programa hacen que se sientan tan válidos como la serie. Es un fenómeno extraño, porque si me preguntaran si son canon no se puede responder "sí", pero se sienten tan vitales y reales como las aventuras que se veían en el extinto Fox Kids. Como sabemos los hitos que van a ocurrir (que Tommy ahora sea el White Ranger en el título principal o que se unan al equipo tres jóvenes de Stone Canion), el camino y sus detalles se transforman en lo más importante e interesante.

El respeto a la tradición

Más allá de lo que fue el evento Shattered Grid, el respeto hacia la mitología de los Power Rangers se ve en cada número. El hecho mismo que partieran con la historia original como base habla del interés por mejorar lo que se venía haciendo en televisión. Hay actualización de conceptos, complejización del mundo y consideración de cómo serían los adolescentes con actitud en la época digital, pero en el fondo siguen respondiendo a la escencia de un grupo de gente que se encuentra con el deber de salvar el mundo.

A lo largo de los números se encuentran detalles reconocibles para quienes seguimos la serie por años. Quien lee siente el cariño y se emociona con las propuestas. En esto soy super subjetivo, porque si hay algo que me ha acompañado toda mi vida ha sido Power Rangers. Detalles más o menos, lo que ha construido la gente de Boom! Studios genera justamente eso que me faltó en el aniversario 20, emoción y excitación por las posibilidades, propuestas e ideas de quienes mantienen vivo el legado. En los cómics notas el cariño, no ese que se explicita con palabras lindas o cameos sin justificación, sino del que hace las cosas bien, demorándose y esforzándose, para dejar en evidencia el potencial que tiene este universo. En el fondo, creerse el cuento y trabajar por él.


No sé si estoy en condiciones de decirles si los cómics son buenos o malos. Para quien considere a los Power Rangers como un buen recuerdo de su pasado leerlos podría ser un entretenido ejercicio, al menos hasta la parte que finaliza con el evento. Y para los que de alguna manera aún mantienen una conexión a la red de mórfosis, es una obligación darles la oportunidad.

Yo los encuentro geniales, llevo siguiéndolos un par de años y más de una vez he ido acumulando números por leer, pero siempre termino de ponerme al día. Son, de hecho, los únicos títulos que he seguido en totalidad, con los más de 80 números que tienen hasta el momento. Algunos me gustan más, otros me gustan menos, pero el interés por saber cómo se sigue expandiendo el Universo está tan intacto como la primera vez que los leí.

En conclusión, lo único que me queda por afirmar, es que el legado está más vivo que nunca.

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